Ansiedad: caminos para aprender a habitar la incomodidad

¿Sabes lo que es la ansiedad?

¿Sabes cómo funciona y cómo se manifiesta en nuestro cuerpo?

Siempre parto haciéndoles estas preguntas a mis pacientes ya que muchos creen que la ansiedad es un trastorno, una enfermedad o algo que "sólo a pocos les pasa”.

Sin embargo, te quiero contar que no es ninguna de estas tres cosas que acabo de mencionar, ya que la ansiedad es algo que todos los seres humanos tenemos la posibilidad de sentir en la vida: la ansiedad es una EMOCIÓN. Sí una emoción, como también lo es la tristeza, la alegría, la culpa… la ansiedad es una más de las muchas emociones que podemos experimentar intensamente, y que cumple una función importante de supervivencia por lo que nos va a acompañar siempre.

En cada uno de nosotros la ansiedad se manifiesta de distintas formas; en algunos de manera más amigable, siendo capaces de abordarla de mejor manera, y en otros de manera más intensa llegando incluso a limitar nuestro comportamiento. A veces podemos dejar de hacer cosas “por temor a que pueda pasar algo”, siendo gobernados por esta emoción. En estos casos, nuestra mente empieza, sin darnos cuenta, a sobredimensionar situaciones que objetivamente no lo son, y paralelamente a minimizar nuestras capacidades y recursos para enfrentarlas...

Desde la incomodidad que nos genera la ansiedad comenzamos a evitar, de manera cada vez más frecuente: situaciones, lugares, objetos, animales o incluso personas que nos producen ansiedad. Empezamos a sentir que nuestro corazón late más fuerte, sentimos nuestro estómago “apretado” o con dolor y sobre pensamos incansablemente las cosas, esto nos hace sentir inestabilidad, fatiga, mareos, náuseas, dolores de cabezas constantes, jaquecas, y un sinfín de síntomas y malestares que nos incapacitan a vivir la vida que nos gustaría vivir. En casos más extremos podemos llegar a desarrollar una crisis de pánico propiamente tal.

Entender que la ansiedad es una emoción secundaria al miedo es muy importante, y que sentir miedo a ser evaluado por ejemplo, a subirse a un avión o ver a una persona específica, sumado a la incertidumbre de no saber qué va a pasar, produce ansiedad, la cual cronificada en el tiempo se puede convertir en una rutina mental negativa que nos puede hacer sentir muy incómodos.

Sí, muchas veces es tremendamente desagradable sentir ansiedad y transitar por ella, nos hace sentir cansados y abrumados en esa batalla, y muchas veces quisiéramos eliminarla de cuajo de nuestras vidas… Sin embargo, no se puede.

La gran noticia que te puedo contar es que SÍ se pueden hacer ciertas cosas para tolerar mejor la incomodidad que nos produce sentir ansiedad.

¿Cómo? Podemos conocerla, enfrentarla, y hacernos expertos de nuestra propia ansiedad, para así poder llegar a sentirla y experimentarla de manera tal que seamos nosotros quienes aprendamos a convivir con ella, siendo protagonistas de nuestra historia.

Te acompaño en este camino.

M. Cristina Haggar, Psicóloga clínica, experta en adolescentes y padres de adolescentes.